Encuadramos el skyline de la ciudad con cortinados de pana de algodón en tono almendra en el living, mientras que en el área de quincho, si bien mantuvimos esta misma paleta de colores, agregamos acentos más rústicos, enfatizando en las texturas naturales con cortinados de gasa arrugada.
En el playroom, el desafío fue diseñar un espacio para niños que también funcione como sector de living para los más grandes. Planteamos combinaciones de color lúdicas, en naranja y en verde para los textiles, los cuales se engaman a la perfección con el perímetro de plantas nativas de la fachada. El cliente fue muy partícipe en todo el proyecto, incluso el mural del dormitorio infantil fue pintado a mano por nuestra pequeña clienta, apasionada por el arte, junto con la artista plástica Kinga Mihályfy. Este proyecto fue llevado a cabo en colaboración con Quintana Casa y Catherine Chestaro.